La impresión digital
En los últimos años se ha venido hablando mucho sobre el tema: digital esto; digital aquello. Sabemos que una cosa es un flujo digital que implica, por un lado, el ingreso de una serie de datos de tipo contable y de programación de la producción, como las especificaciones, tamaños y demás y, por otro lado, la digitalización de la información relacionada con el trabajo en sí, imágenes y textos, desde la pre-prensa (arte, separación de colores, imposición y copiado de planchas) hasta el proceso de terminación pasando por el de impresión.
Todo ese flujo digital implica una parafernalia de computadoras, datos y manejos de información que, en sí mismo, no tienen nada que ver con el proceso de impresión. Es decir, el flujo digital se puede aplicar a impresión flexográfica, tipográfica, offset o de rotograbado.
Ahora bien, la impresión digital es un sistema de impresión diferente a los mencionados y como tal, también se puede y se debe beneficiar del flujo digital. Simplificando, podemos comparar la impresión digital comercial con la impresión que se logra en la impresora de nuestra computadora de escritorio. Unas de éstas son de matriz de puntos, otras de inyección de tinta y otras son láser, pero todas reciben la "orden de impresión" directamente de la computadora y no es necesaria la creación de ningún tipo de matriz o lámina para lograr el impreso; ello se logra electrónicamente, directamente al papel o sustrato.
Para ir entendiendo bien las diferentes opciones que se ofrecen en el mercado, podríamos decir que actualmente para Impresión Digital a Color en formatos tipo A4 y A3+ (doble carta rebasado) hay 3 grandes segmentos: las Impresoras de Nivel Básico, las de Mediana Inversión y las de Alta Producción.
Impresoras de nivel básico
Como su nombre lo dice, son equipos que ya cuentan con la tecnología necesaria para poder crear perfiles de color, densitometría, manipulación de punto, alta resolución , etc. Es importante mencionar que estos equipos no son impresoras de color de oficina, sino todo lo contrario, son equipos con las características necesarias que se requieren en las Artes Gráficas.
Por lo regular estos equipos tienen una velocidad de impresión desde 10 ppm hasta 40 ppm y su formato va de tabloide hasta A3 rebasado (32 cm x 1.2º aprox.). Aceptan papeles de 150 grs. a 210 grs. y su valor de mercado va de u$s 6.000 a u$s 20.000 en promedio.
Impresoras de Mediana Inversión
Estos equipos cuentan con tecnología muy similar a las Impresoras de Nivel Básico, las principales diferencias radican en su capacidad de producción, velocidad de impresión, costos y el grado de inversión, ya que son equipos que van de u$s 20.000 hasta u$s 90.000 aproximadamente. Así mismo una característica muy importante que ofrecen es la impresión personalizada y/o "bajo demanda".
Impresoras de Alta Producción
Por último tenemos estos equipos, que no necesariamente son para "alta producción", ya que pueden imprimir tirajes cortos, sin embargo, cuentan con la tecnología para producir 6.000 páginas por hora o 1.000.000 de páginas al mes y su velocidad de impresión puede ser desde 20 hasta 200 ppm. En este segmento podemos encontrar equipos que son alimentados por bobinas de papel o por hojas, así mismo pelean fuertemente por ofrecer las más alta rentabilidad y bajo costo de impresión. Otra característica es el desarrollo que han logrado por la impresión bajo demanda y hacer de la impresión digital una ventaja competitiva contra los sistemas tradicionales de impresión. La inversión para estos equipos oscila entre los u$s 150.000 a u$s 500.000.
Una Sugerencia Final
Si se tiene el dinero o la forma de conseguirlo, participar en el mercado de la impresión digital parecería fácil; tanto como ir y comprar una de las impresora que hemos descrito e iniciar el negocio. Tratándose de un tema tan delicado, sugeriría que el lector, si no es impresor, ni siquiera considere la posibilidad de invertir sin antes estudiar cuidadosamente el mercado y sus demandas. Si es impresor, por supuesto considérela. Pero sepa muy bien cuál va a ser su mercado, quiénes sus clientes, cuáles sus costos. Y lo más importante: realice el proceso por etapas. La primera y quizás más importante es conocer el flujo digital. Cada equipo ofrece enormes ventajas, pero que si no las estudiamos adecuadamente, se nos pueden convertir en todo lo contrario. No se le ocurra ingresar a esa pelea si no tiene un buen conocimiento de lo que decíamos al principio de este artículo: Flujos digitales. ¿Cómo se obtienen los archivos?, ¿en qué formato?, ¿los pido a una agencia o los hago yo mismo?, ¿qué equipos y programas debo tener?, ¿qué capacitación debo propiciar?, ¿cuál es el flujo digital adecuado para la impresora que compraría para satisfacer mi mercado? En fin, si no tiene muy claras las respuestas a estas preguntas, entre muchas otras, es mejor que no lo intente. Estudie el tema hasta que lo conozca tan bien como el negocio exitoso que ya tiene andando.
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